Me gustas cuando bebes, me gustas
más. Porque cuando bebes tus filtros se debilitan, y te das cuenta, que me
extrañas, y me lo haces saber sin palabras. Como todo lo nuestro, sin ni una sola palabra.
Porque los besos que me das envueltos en ese olor etílico son menos
pensados, más viscerales, más impulsivos, más pasionales, casi como si supieras que te vas a morir.
Me gustas más cuando bebes porque al
dormir buscas el contacto con mi cuerpo, de una forma o de otra, cuando bebes te
ganan las ganas, dejas de controlarte y vienes, y me gustas. Me tocas, te mueves, me abrazas y te abrazo. Y te quiero. Y te sueño.
Bebe más.
Bebe
hasta el descontrol.
Y ven.
Te.