Cada vez que quiero decirte que te quiero de a "deveras" se me cierra la garganta, tengo ésta enfermad crónica, pasado le llaman, lo siento. Y aún así, espero que cada vez que nos vemos a los ojos, se te resbalen accidentalmente esas palabras de los labios.
Y sin embargo, aquí estamos, llegamos acá sin pensar que podríamos llegar hasta acá. Sin ponernos definiciones ni etiquetas, y eso me tranquiliza... momentáneamente, hasta que empiezo a pensar. Y no puedo evitarlo. Ni quiero. Y a pesar de todo eso, y de las caricias, de las risas y del cuchareo, la cocinada y sobre todo muy a pesar de que me traigas café a la cama por las mañanas, seguimos toreando los sentimientos ¡Olé!
Hagan sus apuestas, doble o nada.
